Suelo
De un total de 1,900 millones de hectáreas afectados por la degradación del suelo en todo el planeta, los problemas más graves se dan en las regiones de Asia y el Pacífico (donde se encuentra casi 29% del área mundial afectada por degradación ) y África (con poco más de 26% del área afectada).
La región de América Latina y el Caribe ocupa un tercer lugar (cerca de 16%), seguida de lejos por Europa (poco más de 8%) y Norteamérica (5%).
Si no se adoptan medidas adecuadas para la conservación del suelo la degradación de la tierra cultivable continuará, afectando no sólo la producción de alimentos y la seguridad alimentaria, sino provocando además otros importantes impactos ambientales y económicos.
La región de América Latina y el Caribe ocupa un tercer lugar (cerca de 16%), seguida de lejos por Europa (poco más de 8%) y Norteamérica (5%).
Si no se adoptan medidas adecuadas para la conservación del suelo la degradación de la tierra cultivable continuará, afectando no sólo la producción de alimentos y la seguridad alimentaria, sino provocando además otros importantes impactos ambientales y económicos.
Qué es el suelo
El suelo es el estrato superficial de la corteza terrestre. Consta de rocas de distintos tamaños entre las cuales se forman espacios que se comunican entre sí como poros o canales y que pueden rellenarse con sustancias de origen orgánico, aire o agua. Estos espacios, a su vez, albergan organismos, generalmente pequeños, o partes de organismos, como las raíces de las plantas. El espesor de la capa de suelo varía entre pocos centímetros y hasta tres metros.
Aunque este grosor puede parecer escaso e insignificante comparado con el volumen de la Tierra, allí los reinos vegetal y animal establecen una relación dinámica entre los componentes orgánicos e inorgánicos. Los vegetales obtienen del suelo el agua y los nutrientes esenciales de los cuales depende la vida de los animales y a través de una compleja cadena trófica los residuos vegetales y animales retornan al suelo, donde son degradados por los microorganismos descomponedores (bacterias y hongos).
Aunque este grosor puede parecer escaso e insignificante comparado con el volumen de la Tierra, allí los reinos vegetal y animal establecen una relación dinámica entre los componentes orgánicos e inorgánicos. Los vegetales obtienen del suelo el agua y los nutrientes esenciales de los cuales depende la vida de los animales y a través de una compleja cadena trófica los residuos vegetales y animales retornan al suelo, donde son degradados por los microorganismos descomponedores (bacterias y hongos).
Formación de suelos
La formación del suelo es un proceso complejo relacionado con fuerzas como el clima (especialmente la disponibilidad de agua y la temperatura), el material rocoso original, la topografía y los organismos que lo utilizan como hábitat.
El resultado de la interacción de estos elementos da lugar a la formación de unidades con características físico-químicas particulares, que pueden albergar distintos organismos de acuerdo con sus requerimientos ecológicos.
En los suelos el agua drena por gravedad, con mayor o menor facilidad de acuerdo al espacio poroso que presenten, de modo que representan una fase de paso importante en el ciclo del agua. Según sus características órgano-minerales el suelo retiene o libera compuestos y actúa como un filtro natural. También retiene agua por capilaridad lo que hace posible la existencia de pequeños organismos acuáticos.
Desde un punto de vista ecológico el suelo es el subsistema de los ecosistemas terrestres en donde se realiza principalmente el proceso de descomposición, fundamental para el reciclado de nutrientes que aseguran los procesos vitales.
El resultado de la interacción de estos elementos da lugar a la formación de unidades con características físico-químicas particulares, que pueden albergar distintos organismos de acuerdo con sus requerimientos ecológicos.
En los suelos el agua drena por gravedad, con mayor o menor facilidad de acuerdo al espacio poroso que presenten, de modo que representan una fase de paso importante en el ciclo del agua. Según sus características órgano-minerales el suelo retiene o libera compuestos y actúa como un filtro natural. También retiene agua por capilaridad lo que hace posible la existencia de pequeños organismos acuáticos.
Desde un punto de vista ecológico el suelo es el subsistema de los ecosistemas terrestres en donde se realiza principalmente el proceso de descomposición, fundamental para el reciclado de nutrientes que aseguran los procesos vitales.
Ecología del suelo
El suelo sirve de refugio a gran cantidad de especies consumidoras que se ocultan en sus poros y oquedades. La diversidad biológica del suelo es muy alta e incluye desde bacterias hasta pequeños vertebrados.
Los más pequeños (menores a 2 mm) realizan su ciclo vital completo en este ambiente y suelen ser los más desconocidos por las dificultades de estudio: algas, bacterias, protozoos, hongos y pequeños invertebrados, especialmente artrópodos.
Otros pasan en el suelo sólo las etapas de la metamorfosis en las que son más débiles, para evitar a sus depredadores, pero su vida adulta transcurre en el en la cobertura vegetal, como es el caso de numerosos insectos tales como coleópteros o dípteros. Los habitantes edáficos de mayor tamaño (mayores a 2 cm), como grandes arácnidos, pequeños mamíferos y reptiles, utilizan el suelo principalmente para construir sus madrigueras y proteger sus crías.
Desde un punto de vista energético, todos estos organismos se enlazan en complejas redes tróficas cuyo depósito inicial de mayor energía es la materia orgánica en descomposición, que proviene de las raíces, hojas, troncos, frutos, ramas, cadáveres, etcétera.
Este depósito es utilizado por los descomponedores en general: bacterias y hongos que mineralizan y producen el cambio necesario de materia orgánica a inorgánica: de "resto inútil" a "nutriente vegetal"; el resto de los organismos se divide entre una gran diversidad de saprófagos que fragmentan, mezclan y cambian la naturaleza física de la materia orgánica, favoreciendo su mineralización y un gran conjunto de depredadores que regulan los tamaños poblacionales de sus presas, influyendo en la velocidad de traspaso de energía a través de esta gran red.
Como característica especial de esta trama trófica, la materia resintetizada a partir de restos orgánicos, vuelve tarde o temprano a engrosar el depósito inicial a causa de la muerte.
Los más pequeños (menores a 2 mm) realizan su ciclo vital completo en este ambiente y suelen ser los más desconocidos por las dificultades de estudio: algas, bacterias, protozoos, hongos y pequeños invertebrados, especialmente artrópodos.
Otros pasan en el suelo sólo las etapas de la metamorfosis en las que son más débiles, para evitar a sus depredadores, pero su vida adulta transcurre en el en la cobertura vegetal, como es el caso de numerosos insectos tales como coleópteros o dípteros. Los habitantes edáficos de mayor tamaño (mayores a 2 cm), como grandes arácnidos, pequeños mamíferos y reptiles, utilizan el suelo principalmente para construir sus madrigueras y proteger sus crías.
Desde un punto de vista energético, todos estos organismos se enlazan en complejas redes tróficas cuyo depósito inicial de mayor energía es la materia orgánica en descomposición, que proviene de las raíces, hojas, troncos, frutos, ramas, cadáveres, etcétera.
Este depósito es utilizado por los descomponedores en general: bacterias y hongos que mineralizan y producen el cambio necesario de materia orgánica a inorgánica: de "resto inútil" a "nutriente vegetal"; el resto de los organismos se divide entre una gran diversidad de saprófagos que fragmentan, mezclan y cambian la naturaleza física de la materia orgánica, favoreciendo su mineralización y un gran conjunto de depredadores que regulan los tamaños poblacionales de sus presas, influyendo en la velocidad de traspaso de energía a través de esta gran red.
Como característica especial de esta trama trófica, la materia resintetizada a partir de restos orgánicos, vuelve tarde o temprano a engrosar el depósito inicial a causa de la muerte.
Desertificación
Se llama desertificación a la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas derivadas de los efectos negativos de actividades humanas.
En esta definición, el término tierras incluye el suelo, los recursos hídricos locales, la superficie de la tierra y la vegetación o los cultivos; y la degradación es una reducción del potencial de los recursos debida a un proceso o combinación de procesos que actúan sobre la tierra.
Esos procesos incluyen la erosión hídrica, la erosión eólica y la sedimentación por esos agentes, la reducción a largo plazo de la cantidad o diversidad de vegetación natural, y la salinización o sodificación.
Algunas de las prácticas inadecuadas que contribuyen a la desertificación son:
En esta definición, el término tierras incluye el suelo, los recursos hídricos locales, la superficie de la tierra y la vegetación o los cultivos; y la degradación es una reducción del potencial de los recursos debida a un proceso o combinación de procesos que actúan sobre la tierra.
Esos procesos incluyen la erosión hídrica, la erosión eólica y la sedimentación por esos agentes, la reducción a largo plazo de la cantidad o diversidad de vegetación natural, y la salinización o sodificación.
Algunas de las prácticas inadecuadas que contribuyen a la desertificación son:
- El sobrepastoreo, que es el resultado de mantener demasiado ganado en una superficie dedicada a pastos, y tiene como resultado la pérdida de especies comestibles y el consiguiente crecimiento de especies no comestibles. Si la excesiva presión de pastoreo continúa, la pérdida de la cubierta vegetal puede llevar a la erosión del suelo.
- La sobreexplotación, que se produce por el acortamiento de los periodos que las tierras quedan en barbecho, es decir, libres de todo cultivo o por el uso de técnicas mecánicas que producen una pérdida generalizada de suelo. Como consecuencia el suelo se agota por la pérdida de nutrientes y por la erosión.
- La tala excesiva de vegetación, que deja el suelo desprotegido frente a los agentes que causan erosión y elimina a los productores primarios de materia orgánica.
- La mala gestión de los programas de irrigación, que conduce a la salinización del suelo.