Dimensión global

La humanidad es una especie animal. Los seres humanos somos parte del ecosistema terrestre y dependemos de él en todas las cosas necesarias para vivir. Como animales, respiramos aire, bebemos agua, nos alimentamos de otros animales y plantas que crecen en el suelo o que habitan en los cuerpos de agua, y también dependemos de los ciclos naturales de la Tierra y de la energía del Sol que los activa.
La especie humana existe gracias a un largo proceso evolutivo en el cual el equilibrio ecológico desempeñó un papel decisivo. La civilización se adaptó al ecosistema pero también ha sido un medio para controlarlo y permitir que la humanidad logre ser la especie dominante sobre las otras formas de vida.
La civilización juega un papel cambiante, creciente y cada vez más complejo, algunas veces constructivo, pero muchas veces destructivo. Cuando los seres humanos dañamos el ecosistema nos perjudicamos nosotros mismos y nos ponemos en riesgo, pues la supervivencia de las sociedades humanas depende de mantener el equilibrio con la naturaleza.
La civilización humana debe recuperar el respeto hacia la naturaleza para frenar y revertir las tendencias del deterioro; debemos esforzarnos por estudiar todas las facetas del medio natural, antes de que gran parte de la naturaleza se altere, se estropee y desaparezca por la acción de la humanidad; debemos encontrar modos de usar nuestra capacidad tecnológica para minimizar el efecto destructor de nuestra civilización sobre el medio natural; finalmente, debemos estar dispuestos a aceptar ciertas limitaciones en aquellas de nuestras acciones que afectan la Tierra.
La especie humana existe gracias a un largo proceso evolutivo en el cual el equilibrio ecológico desempeñó un papel decisivo. La civilización se adaptó al ecosistema pero también ha sido un medio para controlarlo y permitir que la humanidad logre ser la especie dominante sobre las otras formas de vida.
La civilización juega un papel cambiante, creciente y cada vez más complejo, algunas veces constructivo, pero muchas veces destructivo. Cuando los seres humanos dañamos el ecosistema nos perjudicamos nosotros mismos y nos ponemos en riesgo, pues la supervivencia de las sociedades humanas depende de mantener el equilibrio con la naturaleza.
La civilización humana debe recuperar el respeto hacia la naturaleza para frenar y revertir las tendencias del deterioro; debemos esforzarnos por estudiar todas las facetas del medio natural, antes de que gran parte de la naturaleza se altere, se estropee y desaparezca por la acción de la humanidad; debemos encontrar modos de usar nuestra capacidad tecnológica para minimizar el efecto destructor de nuestra civilización sobre el medio natural; finalmente, debemos estar dispuestos a aceptar ciertas limitaciones en aquellas de nuestras acciones que afectan la Tierra.
Globalización de la crisis ambiental
La acción humana ha introducido cambios en los procesos ambientales globales y en los sistemas que hacen posible la vida en la Tierra. Lo que empezó como un conjunto de alteraciones aisladas y locales, ha adquirido ya una dimensión global. La utilización humana del suelo, del agua, de los minerales y de los recursos naturales en general se ha incrementado más de diez veces en los últimos doscientos años.
Los cambios dañinos que sufre hoy el medio ambiente son cada vez más rápidos y extensos. La deforestación tiene lugar a escala mundial; la atmósfera se vuelve cada día más turbia y opaca; los océanos se contaminan masivamente; especies de plantas y animales son exterminadas a un ritmo sin precedentes en la historia; y la Tierra es saqueada de muchas formas.
El discurso ambiental en el tema del desarrollo
La capitalización de la naturaleza
Los cambios dañinos que sufre hoy el medio ambiente son cada vez más rápidos y extensos. La deforestación tiene lugar a escala mundial; la atmósfera se vuelve cada día más turbia y opaca; los océanos se contaminan masivamente; especies de plantas y animales son exterminadas a un ritmo sin precedentes en la historia; y la Tierra es saqueada de muchas formas.
El discurso ambiental en el tema del desarrollo
La capitalización de la naturaleza
Cambio climático
Se define al cambio climático como el posible aumento en la temperatura superficial del planeta que se produciría como consecuencia de un aumento importante y rápido de las concentraciones de gases de invernadero en la atmósfera. La causa fundamental de este incremento es la emisión de estos gases provocados por actividades humanas que alteran la composición original de la atmósfera.
Las consecuencias del cambio climático incluyen efectos potencialmente perjudiciales, tanto para la economía como para la calidad de vida de la presente y de futuras generaciones, manifestándose en problemas de salud, escasez de agua y alimentos, así como en la pérdida de viviendas y en la degradación de ecosistemas, entre otros.
El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático fue establecido en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con el fin de dar acceso a la información científica, técnica y socioeconómica en el campo del cambio climático.
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático
Más información sobre Cambio Climático Global
Calentamiento global
Debido al aumento en las concentraciones atmosféricas de varios gases de efecto invernadero la temperatura de la Tierra se ha incrementado en aproximadamente medio grado centígrado en los últimos 100 años, y de continuar esta tendencia la temperatura promedio del planeta se podría incrementar entre 1 y 3.5 ºC durante el siglo XXI, lo que significaría un aumento mayor a cualquier otro observado en los últimos 10 mil años. Si continua esa tendencia invernadero:
Gases de efecto invernadero
Nuestro planeta está rodeado por una delgada capa de gases denominada atmósfera, compuesta por nitrógeno (78.3%), oxígeno (21.0%), argón (0.3%), dióxido de carbono (0.03%) y otros gases en cantidades menores como helio, neón y xenón. Además contiene aerosoles (partículas) en cantidades variables, dependiendo de su origen y concentración, y vapor de agua en concentraciones fluctuantes. Este último es responsable de gran parte de los fenómenos meteorológicos.
La capa más baja de la atmósfera, conocida como troposfera, contiene a los gases que son responsables de la temperatura del planeta y, por lo tanto, de crear condiciones aptas para la vida. Esos gases son principalmente el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los clorofluorocarburos (CFC); menos estos últimos, todos existen de manera natural y son llamados “gases de invernadero”. En ausencia de esos gases, la temperatura promedio del planeta sería de -18 ºC, en lugar de 15 ºC como ocurre ahora, y la mayor parte de los seres vivos no podría sobrevivir.
El efecto invernadero es un proceso de retención de calor esencial dentro del sistema climático. Se debe a que esos gases en la atmósfera permiten que la mayor parte de la radiación solar incidente penetre hasta la superficie del planeta, mientras que se absorbe y reemite parte de la radiación infrarroja que el planeta regresa al espacio exterior. Cuanto mayor es la concentración de los gases de invernadero, menor es la cantidad de radiación infrarroja que el planeta emite libremente al espacio exterior. De esta manera, al aumentar la concentración de esos gases se incrementa la cantidad de calor atrapado en la atmósfera, dando origen a que se eleve la temperatura superficial del planeta.
Se estima que el dióxido de carbono es el responsable de más de 70% del efecto invernadero. Las concentraciones de CO2 y de N2O se han incrementado a causa de la quema de combustibles fósiles y de la deforestación. El CH4 ha aumentado debido, entre otras causas, al incremento de los hatos ganaderos, a la fermentación entérica de materia orgánica y a la explotación del gas natural. Los CFC son producidos por el hombre y utilizados en la fabricación de refrigerantes, solventes e impelentes.
Cómo funciona el efecto invernadero
Las consecuencias del cambio climático incluyen efectos potencialmente perjudiciales, tanto para la economía como para la calidad de vida de la presente y de futuras generaciones, manifestándose en problemas de salud, escasez de agua y alimentos, así como en la pérdida de viviendas y en la degradación de ecosistemas, entre otros.
El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático fue establecido en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con el fin de dar acceso a la información científica, técnica y socioeconómica en el campo del cambio climático.
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático
Más información sobre Cambio Climático Global
Calentamiento global
Debido al aumento en las concentraciones atmosféricas de varios gases de efecto invernadero la temperatura de la Tierra se ha incrementado en aproximadamente medio grado centígrado en los últimos 100 años, y de continuar esta tendencia la temperatura promedio del planeta se podría incrementar entre 1 y 3.5 ºC durante el siglo XXI, lo que significaría un aumento mayor a cualquier otro observado en los últimos 10 mil años. Si continua esa tendencia invernadero:
- El nivel medio del mar podría elevarse de 20 a 50 centímetros para el año 2100, tanto por la expansión térmica de los océanos como por el derretimiento parcial de glaciares en las montañas y de la capa de hielo en las regiones polares; las zonas costeras y las islas serían las más afectadas.
- Aunque se estabilizaran las concentraciones de gases de invernadero para el año 2100, las temperaturas seguirían incrementándose durante varias décadas, y el nivel del mar continuaría subiendo durante siglos, debido a la larga vida en la atmósfera de muchos gases de invernadero y a la inercia térmica de los océanos.
- Los posibles eventos climáticos extremos (inundaciones, huracanes, etc.) asociados al cambio climático, podrían causar grandes estragos.
Gases de efecto invernadero
Nuestro planeta está rodeado por una delgada capa de gases denominada atmósfera, compuesta por nitrógeno (78.3%), oxígeno (21.0%), argón (0.3%), dióxido de carbono (0.03%) y otros gases en cantidades menores como helio, neón y xenón. Además contiene aerosoles (partículas) en cantidades variables, dependiendo de su origen y concentración, y vapor de agua en concentraciones fluctuantes. Este último es responsable de gran parte de los fenómenos meteorológicos.
La capa más baja de la atmósfera, conocida como troposfera, contiene a los gases que son responsables de la temperatura del planeta y, por lo tanto, de crear condiciones aptas para la vida. Esos gases son principalmente el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los clorofluorocarburos (CFC); menos estos últimos, todos existen de manera natural y son llamados “gases de invernadero”. En ausencia de esos gases, la temperatura promedio del planeta sería de -18 ºC, en lugar de 15 ºC como ocurre ahora, y la mayor parte de los seres vivos no podría sobrevivir.
El efecto invernadero es un proceso de retención de calor esencial dentro del sistema climático. Se debe a que esos gases en la atmósfera permiten que la mayor parte de la radiación solar incidente penetre hasta la superficie del planeta, mientras que se absorbe y reemite parte de la radiación infrarroja que el planeta regresa al espacio exterior. Cuanto mayor es la concentración de los gases de invernadero, menor es la cantidad de radiación infrarroja que el planeta emite libremente al espacio exterior. De esta manera, al aumentar la concentración de esos gases se incrementa la cantidad de calor atrapado en la atmósfera, dando origen a que se eleve la temperatura superficial del planeta.
Se estima que el dióxido de carbono es el responsable de más de 70% del efecto invernadero. Las concentraciones de CO2 y de N2O se han incrementado a causa de la quema de combustibles fósiles y de la deforestación. El CH4 ha aumentado debido, entre otras causas, al incremento de los hatos ganaderos, a la fermentación entérica de materia orgánica y a la explotación del gas natural. Los CFC son producidos por el hombre y utilizados en la fabricación de refrigerantes, solventes e impelentes.
Cómo funciona el efecto invernadero
Desertificación
La degradación de los suelos, cuya fase última es conocida como desertificación, puede ser el más grave de los procesos de deterioro que sufre nuestro planeta. Se estima que afecta a casi 69% de los 5 mil millones de hectáreas de tierras áridas o semiáridas del mundo y cerca de 250 millones de personas viven en regiones que ya perdieron la capa fértil de suelo y no son aprovechables para la agricultura.
Debido a la erosión hídrica y eólica —agravadas por el uso excesivo de la tierra, el sobrepastoreo, la deforestación, los métodos de riego inadecuados y las variaciones climáticas— el suelo fértil del planeta se pierde en cantidades que rebasan el volumen de los procesos naturales que lo forman. Además, muchas de las soluciones artificiales para compensar la pérdida de fertilidad de los suelos inducen problemas económicos y de contaminación.
¿Qué es la desertificación?
Debido a la erosión hídrica y eólica —agravadas por el uso excesivo de la tierra, el sobrepastoreo, la deforestación, los métodos de riego inadecuados y las variaciones climáticas— el suelo fértil del planeta se pierde en cantidades que rebasan el volumen de los procesos naturales que lo forman. Además, muchas de las soluciones artificiales para compensar la pérdida de fertilidad de los suelos inducen problemas económicos y de contaminación.
¿Qué es la desertificación?
Capa de ozono
El ozono es un compuesto inestable de tres átomos de oxígeno que es un componente minoritario de la mezcla de gases que componen el aire. Está presente en la atmósfera sobre todo entre los 18 y los 25 kilómetros de altitud donde forma un delgado escudo de gas que hace posible la vida la vida sobre la Tierra gracias a que la protege contra radiación ultravioleta dañina proveniente del Sol.
Esta radiación puede producir daños en los seres vivos desde irritación a la piel, conjuntivitis y deterioro en el sistema de defensas, hasta llegar a afectar el crecimiento de las plantas y dañar el fitoplancton, con lo que se afecta el normal desarrollo de la fauna marina.
Desde 1974, la comunidad científica ha advertido acerca de una potencial crisis global resultante de la progresiva destrucción de la capa de ozono causada por sustancias químicas hechas por el hombre, tales como los clorofluorocarbonos (CFCs).
Los efectos dañinos de la destrucción de la capa atmosférica de ozono tienen un impacto global, pues afecta a todos los seres humanos, las plantas, los animales y nuestro medio ambiente.
Todos a nivel global tenemos un grado de responsabilidad y podemos contribuir con acciones que nos permitan proteger la salud mundial y nuestro medio ambiente.
Preservación de la capa de ozono
Más sobre la capa de ozono
Esta radiación puede producir daños en los seres vivos desde irritación a la piel, conjuntivitis y deterioro en el sistema de defensas, hasta llegar a afectar el crecimiento de las plantas y dañar el fitoplancton, con lo que se afecta el normal desarrollo de la fauna marina.
Desde 1974, la comunidad científica ha advertido acerca de una potencial crisis global resultante de la progresiva destrucción de la capa de ozono causada por sustancias químicas hechas por el hombre, tales como los clorofluorocarbonos (CFCs).
Los efectos dañinos de la destrucción de la capa atmosférica de ozono tienen un impacto global, pues afecta a todos los seres humanos, las plantas, los animales y nuestro medio ambiente.
Todos a nivel global tenemos un grado de responsabilidad y podemos contribuir con acciones que nos permitan proteger la salud mundial y nuestro medio ambiente.
Preservación de la capa de ozono
Más sobre la capa de ozono
Pérdida de biodiversidad
Un efecto indeseado de la actividad humana sobre el medio natural es la acelerada reducción de la diversidad biológica global.
La biodiversidad desaparece sobre todo por pérdida de hábitat, es decir, por deforestación o eliminación de la cobertura de vegetación original. Su alcance es tan grande que sin exagerar puede ser catalogada como el sexto episodio de extinción masiva desde que apareció la vida en la Tierra, el siguiente después del posible impacto de un meteorito que puso punto final a la era Mesozoica, hace alrededor de 65 millones de años.
La actual extinción masiva tiene lugar cuando la biota planetaria ha alcanzado su mayor diversidad y complejidad. Más allá del valor simbólico, cultural, científico o incluso económico de las especies que se extinguen, tiene particular importancia el posible efecto de la desaparición irreversible de algunas de ellas sobre el funcionamiento de los ecosistemas.
Por qué estamos perdiendo la biodiversidad
La biodiversidad desaparece sobre todo por pérdida de hábitat, es decir, por deforestación o eliminación de la cobertura de vegetación original. Su alcance es tan grande que sin exagerar puede ser catalogada como el sexto episodio de extinción masiva desde que apareció la vida en la Tierra, el siguiente después del posible impacto de un meteorito que puso punto final a la era Mesozoica, hace alrededor de 65 millones de años.
La actual extinción masiva tiene lugar cuando la biota planetaria ha alcanzado su mayor diversidad y complejidad. Más allá del valor simbólico, cultural, científico o incluso económico de las especies que se extinguen, tiene particular importancia el posible efecto de la desaparición irreversible de algunas de ellas sobre el funcionamiento de los ecosistemas.
Por qué estamos perdiendo la biodiversidad
Océanos
Los océanos desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de la vida en la tierra. Sin embargo, en el transcurso de unas cuantas décadas, la actividad humana ha puesto en riesgo a la biodiversidad y a los ecosistemas marinos.
La industria pesquera, la destrucción de las costas y la contaminación industrial y agrícola, así como la que resulta de los desechos domésticos, representan un peligro cada vez mayor para la existencia de peces, el ecosistema marino e incluso para el clima mundial.
Atlas de los océanos
La industria pesquera, la destrucción de las costas y la contaminación industrial y agrícola, así como la que resulta de los desechos domésticos, representan un peligro cada vez mayor para la existencia de peces, el ecosistema marino e incluso para el clima mundial.
Atlas de los océanos
Bioseguridad
Los procesos de mejoramiento genético clásico tuvieron sus orígenes en la aplicación de las leyes de Mendel, que desde el siglo pasado, permitieron obtener principalmente nuevos híbridos o variedades vegetales mejoradas .
Estos procesos dieron un salto cualitativo y cuantitativo, a partir de mediados del siglo XX, con el descubrimiento de la estructura del ADN, lo que permitió el desarrollo posterior de las técnicas modernas de Biotecnología que permiten obtener nuevos organismos modificados genéticamente, con aplicaciones en los campos agrícola, pecuario, ambiental y de salud humana.
Ese desarrollo de las técnicas de la moderna Biotecnología trajo consigo un inusitado aumento del valor estratégico y económico de los recursos genéticos y cambió los parámetros tradicionales bajo los cuales se consideraba a éstos como "patrimonio común de la humanidad" y los situó –a partir delConvenio sobre Biodiversidad Biológica– como patrimonio de los Estados a los que se asigna el deber y la responsabilidad por su cuidado y preservación.
Pero por otra parte se hace necesario regular el uso seguro de las técnicas de la Moderna Biotecnología, y controlar el movimiento de los organismos vivos modificados, ya que pueden entrañar riesgos para la biodiversidad, para la salud humana y para la seguridad alimentaria.
Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad
Protocolo de Bioseguridad: un poco de historia
Estos procesos dieron un salto cualitativo y cuantitativo, a partir de mediados del siglo XX, con el descubrimiento de la estructura del ADN, lo que permitió el desarrollo posterior de las técnicas modernas de Biotecnología que permiten obtener nuevos organismos modificados genéticamente, con aplicaciones en los campos agrícola, pecuario, ambiental y de salud humana.
Ese desarrollo de las técnicas de la moderna Biotecnología trajo consigo un inusitado aumento del valor estratégico y económico de los recursos genéticos y cambió los parámetros tradicionales bajo los cuales se consideraba a éstos como "patrimonio común de la humanidad" y los situó –a partir delConvenio sobre Biodiversidad Biológica– como patrimonio de los Estados a los que se asigna el deber y la responsabilidad por su cuidado y preservación.
Pero por otra parte se hace necesario regular el uso seguro de las técnicas de la Moderna Biotecnología, y controlar el movimiento de los organismos vivos modificados, ya que pueden entrañar riesgos para la biodiversidad, para la salud humana y para la seguridad alimentaria.
Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad
Protocolo de Bioseguridad: un poco de historia
Vulnerabilidad a desastres naturales
Los desastres naturales parecen manifestarse en todo el mundo con intensidades y frecuencias crecientes y los daños económicos que provocan son cada vez mayores. Comparada con la década de 1960, en la década de los años noventa se triplicó el número de catástrofes naturales y se incrementaron nueve veces las pérdidas económicas. Esto sucede pese a los avances de información, prevención, alerta temprana, atención a emergencias, rehabilitación y reconstrucción.
Los desastres asociados con el clima —como tormentas, ciclones, huracanes e inundaciones— representan algo más de la mitad de los desastres naturales pero determinan más de 85% de las pérdidas económicas. Muchos investigadores señalan la probable incidencia del cambio climático global en el agravamiento de los desastres causados por perturbaciones climáticas.
Además, la ocupación del medio con asentamientos humanos e industrias no siempre en lugares adecuados, y otros efectos locales de la degradación de los recursos naturales, como son la deforestación y pérdida de suelos, la alteración de ciclos hidrológicos o la acumulación de desechos, incrementan la vulnerabilidad ante los desastres naturales, sobre todo en los países más pobres.
Vulnerabilidad a los Peligros Naturales en las Américas
Los desastres asociados con el clima —como tormentas, ciclones, huracanes e inundaciones— representan algo más de la mitad de los desastres naturales pero determinan más de 85% de las pérdidas económicas. Muchos investigadores señalan la probable incidencia del cambio climático global en el agravamiento de los desastres causados por perturbaciones climáticas.
Además, la ocupación del medio con asentamientos humanos e industrias no siempre en lugares adecuados, y otros efectos locales de la degradación de los recursos naturales, como son la deforestación y pérdida de suelos, la alteración de ciclos hidrológicos o la acumulación de desechos, incrementan la vulnerabilidad ante los desastres naturales, sobre todo en los países más pobres.
Vulnerabilidad a los Peligros Naturales en las Américas