Bosques
El bosque es una comunidad vegetal, predominantemente de árboles u otra vegetación leñosa, que ocupa una gran extensión de tierra. En su estado natural, el bosque permanece en unas condiciones autorreguladas durante un largo periodo de tiempo.
El clima, el suelo y la topografía de la región determinan las variedades de árboles características de cada tipo de bosque. En su entorno local, los árboles dominantes están asociados con ciertas hierbas y arbustos. Tanto las plantas altas y grandes como la vegetación baja, que afecta a la composición del suelo, influyen en el tipo de vegetación que se da en el sotobosque.
Alteraciones como los incendios forestales o la tala de árboles para uso doméstico o industrial, pueden cambiar la composición de la vegetación presente en el bosque y romper su equilibrio. Otra amenaza importante es cuando los bosques son talados por completo con el fin de dar un uso distinto a la tierra.
El clima, el suelo y la topografía de la región determinan las variedades de árboles características de cada tipo de bosque. En su entorno local, los árboles dominantes están asociados con ciertas hierbas y arbustos. Tanto las plantas altas y grandes como la vegetación baja, que afecta a la composición del suelo, influyen en el tipo de vegetación que se da en el sotobosque.
Alteraciones como los incendios forestales o la tala de árboles para uso doméstico o industrial, pueden cambiar la composición de la vegetación presente en el bosque y romper su equilibrio. Otra amenaza importante es cuando los bosques son talados por completo con el fin de dar un uso distinto a la tierra.
Los bosques en el mundo
Bosque templado caducifolio
Los bosques caducifolios de las regiones templadas están prácticamente limitados a zonas continentales de latitudes medias del hemisferio norte, donde las precipitaciones se producen durante todo el año y se suceden una estación cálida y un invierno frío. Se componen en su mayoría de árboles de hoja caduca y constituyen la típica formación de una gran parte de Europa, la parte oriental de América del Norte, Japón, Australia y la porción meridional de América del Sur.
Pese a la distancia que los separa, todos estos bosques son muy parecidos, tanto en su aspecto como en las especies que los componen: alisos, abedules, hayas, carpes, castaños, tilos, olmos, nogales, robles, fresnos y arces.
En estos bosques la vegetación está estructurada hasta en cinco niveles. En el primero se encuentran líquenes y varios tipos de musgos en el suelo, que también son comunes sobre los árboles. El nivel herbáceo se compone de plantas de hoja ancha y perenne. El nivel arbustivo se encuentra representado básicamente por Erica multiflora. El subdosel posee en su mayor parte árboles pequeños como el cornejo (Cornus mas). Por último, el dosel es una combinación de especies características del bosque de hoja ancha, que forma un estrato arbóreo de 20 a 30 metros de altura.
Durante el verano estos bosques se convierten en el hogar temporal de muchas aves migratorias que llegan debido a la presencia de fuentes alimenticias como frutas e insectos que son extremadamente abundantes por la gran cantidad de hojas. Otros animales comunes en estos bosques son los venados, ardillas y zorros.
Aunque en algunas zonas más meridionales los árboles mantienen sus hojas todo el año y poseen una apariencia exuberante, en los bosques que están distribuidos hacia el norte los árboles comienzan a eliminar sus hojas a principios del otoño, al llegar el invierno las pierden por completo y vuelven a brotar durante la primavera y el verano. Así, el contraste entre el invierno y el verano es muy marcado, por lo que muchos animales inviernan o migran hacia el sur durante el invierno.
Bosque caducifolio monzónico
Los bosques monzónicos de hoja caduca son característicos del Sureste asiático e India; también se desarrollan a lo largo de las costas del Pacífico en México y Centroamérica. El clima se caracteriza por fuertes precipitaciones, aliviado por periodos estacionales secos durante los cuales los árboles pierden sus hojas.
Sabana arbolada
La sabana tropical cubre regiones comprendidas entre el desierto y el bosque tropical. En las sabanas, habituales en África y Sudamérica, conviven herbazales de distintas alturas con algunos árboles y arbustos frecuentemente espinosos y dispersos en espacios abiertos. A medida que disminuye la distancia al ecuador, los árboles se vuelven más altos y numerosos hasta dar lugar a bosques claros; esto es lo que ocurre en los llanos de Venezuela y en la meseta o campos de Brasil. El mantenimiento de algunas sabanas se atribuye a los incendios y pastos.
Bosque de coníferas o boreal
Los bosques de coníferas del norte de Eurasia y de América del Norte forman un cinturón en las regiones que rodean el círculo ártico. Tienen un clima húmedo, debido a la baja evaporación y a las bajas temperaturas, pues aunque son cálidos durante el verano cuando los días son más largos, son extremadamente fríos en el invierno cuando los días son más breves y la luz solar cae oblicuamente.
A menor distancia del ecuador estos bosques se hacen gradualmente menos densos y limitan con la Taiga, una formación semejante aunque más clara y abierta, que luego da paso a la Tundra.
La mayoría de las coníferas son plantas perennifolias, o sea que mantienen al menos una parte de sus hojas durante todo el año, lo que les brinda mejores condiciones para aprovechar al máximo cualquier cantidad de luz disponible para el proceso de fotosíntesis. Gracias a esto presentan índices bastante elevados de producción anual primaria de biomasa. Sus troncos suelen estar cubiertos por gruesas cortezas y sus hojas en forma de agujas impiden que la nieve se acumule en el ramaje.
En los bosques de coníferas existe una sombra constante durante todo el año, lo que inhibe el desarrollo de arbustos y de plantas herbáceas. Los suelos de estos bosques se hallan cubiertos con hojas, las cuales se descomponen muy lentamente, debido a las condiciones de humedad y temperatura, y por la resina que contienen. Su biodiversidad suele ser baja, tanto de flora como de fauna. Pero existe una gran cantidad y diversidad de hongos micorrizícos que crecen bajo tierra o en la hojarasca acumulada y que juegan un importante papel para que los árboles puedan aprovechar los nutrientes del suelo.
Pluvisilva tropical
La pluvisilva es característica de África Central, de la cuenca del Amazonas y de algunas regiones de Indonesia, donde las lluvias son abundantes y están bien distribuidas a lo largo del año. La vegetación es profusa y, debido a que la caída y el nacimiento de las hojas se produce continuamente, el bosque está siempre activo, en constante crecimiento. Las especies arbóreas son muy numerosas y forman estratos diversos a diferentes alturas. Se encuentran entrelazados por enredaderas leñosas y tienen grandes raíces, pero el crecimiento enmarañado de la jungla, que lo hace impenetrable, sólo sucede cuando la selva ha sido alterada por talas o incendios.
Los bosques caducifolios de las regiones templadas están prácticamente limitados a zonas continentales de latitudes medias del hemisferio norte, donde las precipitaciones se producen durante todo el año y se suceden una estación cálida y un invierno frío. Se componen en su mayoría de árboles de hoja caduca y constituyen la típica formación de una gran parte de Europa, la parte oriental de América del Norte, Japón, Australia y la porción meridional de América del Sur.
Pese a la distancia que los separa, todos estos bosques son muy parecidos, tanto en su aspecto como en las especies que los componen: alisos, abedules, hayas, carpes, castaños, tilos, olmos, nogales, robles, fresnos y arces.
En estos bosques la vegetación está estructurada hasta en cinco niveles. En el primero se encuentran líquenes y varios tipos de musgos en el suelo, que también son comunes sobre los árboles. El nivel herbáceo se compone de plantas de hoja ancha y perenne. El nivel arbustivo se encuentra representado básicamente por Erica multiflora. El subdosel posee en su mayor parte árboles pequeños como el cornejo (Cornus mas). Por último, el dosel es una combinación de especies características del bosque de hoja ancha, que forma un estrato arbóreo de 20 a 30 metros de altura.
Durante el verano estos bosques se convierten en el hogar temporal de muchas aves migratorias que llegan debido a la presencia de fuentes alimenticias como frutas e insectos que son extremadamente abundantes por la gran cantidad de hojas. Otros animales comunes en estos bosques son los venados, ardillas y zorros.
Aunque en algunas zonas más meridionales los árboles mantienen sus hojas todo el año y poseen una apariencia exuberante, en los bosques que están distribuidos hacia el norte los árboles comienzan a eliminar sus hojas a principios del otoño, al llegar el invierno las pierden por completo y vuelven a brotar durante la primavera y el verano. Así, el contraste entre el invierno y el verano es muy marcado, por lo que muchos animales inviernan o migran hacia el sur durante el invierno.
Bosque caducifolio monzónico
Los bosques monzónicos de hoja caduca son característicos del Sureste asiático e India; también se desarrollan a lo largo de las costas del Pacífico en México y Centroamérica. El clima se caracteriza por fuertes precipitaciones, aliviado por periodos estacionales secos durante los cuales los árboles pierden sus hojas.
Sabana arbolada
La sabana tropical cubre regiones comprendidas entre el desierto y el bosque tropical. En las sabanas, habituales en África y Sudamérica, conviven herbazales de distintas alturas con algunos árboles y arbustos frecuentemente espinosos y dispersos en espacios abiertos. A medida que disminuye la distancia al ecuador, los árboles se vuelven más altos y numerosos hasta dar lugar a bosques claros; esto es lo que ocurre en los llanos de Venezuela y en la meseta o campos de Brasil. El mantenimiento de algunas sabanas se atribuye a los incendios y pastos.
Bosque de coníferas o boreal
Los bosques de coníferas del norte de Eurasia y de América del Norte forman un cinturón en las regiones que rodean el círculo ártico. Tienen un clima húmedo, debido a la baja evaporación y a las bajas temperaturas, pues aunque son cálidos durante el verano cuando los días son más largos, son extremadamente fríos en el invierno cuando los días son más breves y la luz solar cae oblicuamente.
A menor distancia del ecuador estos bosques se hacen gradualmente menos densos y limitan con la Taiga, una formación semejante aunque más clara y abierta, que luego da paso a la Tundra.
La mayoría de las coníferas son plantas perennifolias, o sea que mantienen al menos una parte de sus hojas durante todo el año, lo que les brinda mejores condiciones para aprovechar al máximo cualquier cantidad de luz disponible para el proceso de fotosíntesis. Gracias a esto presentan índices bastante elevados de producción anual primaria de biomasa. Sus troncos suelen estar cubiertos por gruesas cortezas y sus hojas en forma de agujas impiden que la nieve se acumule en el ramaje.
En los bosques de coníferas existe una sombra constante durante todo el año, lo que inhibe el desarrollo de arbustos y de plantas herbáceas. Los suelos de estos bosques se hallan cubiertos con hojas, las cuales se descomponen muy lentamente, debido a las condiciones de humedad y temperatura, y por la resina que contienen. Su biodiversidad suele ser baja, tanto de flora como de fauna. Pero existe una gran cantidad y diversidad de hongos micorrizícos que crecen bajo tierra o en la hojarasca acumulada y que juegan un importante papel para que los árboles puedan aprovechar los nutrientes del suelo.
Pluvisilva tropical
La pluvisilva es característica de África Central, de la cuenca del Amazonas y de algunas regiones de Indonesia, donde las lluvias son abundantes y están bien distribuidas a lo largo del año. La vegetación es profusa y, debido a que la caída y el nacimiento de las hojas se produce continuamente, el bosque está siempre activo, en constante crecimiento. Las especies arbóreas son muy numerosas y forman estratos diversos a diferentes alturas. Se encuentran entrelazados por enredaderas leñosas y tienen grandes raíces, pero el crecimiento enmarañado de la jungla, que lo hace impenetrable, sólo sucede cuando la selva ha sido alterada por talas o incendios.
Procesos de deterioro de los bosques en el mundo
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) presentó en octubre el documento "Situación de los bosques del mundo 2001", que recoge los principales resultados de la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2000, el estudio más completo, fiable y reciente del estado y las tendencias de los recursos forestales en el mundo.
El informe denuncia que los bosques siguen desapareciendo a un ritmo muy elevado en los trópicos. "Durante los noventa, la pérdida de bosques naturales fue de 16,1 millones de hectáreas cada año, la mayoría en los países tropicales (15,2 millones)", lo que anualmente representa 0,4% a nivel mundial y 0,8% en los trópicos. La deforestación más elevada se registró en África y Suramérica, concretamente en Argentina, Brasil, la República Democrática del Congo, Indonesia, Myanmar, México, Nigeria, Sudán, Zambia y Zimbabue.
De los 15,2 millones perdidos cada año en los trópicos, 14,2 millones se han reconvertido a otros usos de la tierra "agricultura principalmente" y 1 millón se ha transformado en plantaciones forestales. En el resto del mundo, estas cifras son de 0,4 millones y 0,5 millones, respectivamente.
En cualquier caso, la FAO considera que "existen pruebas fehacientes de que la pérdida neta de bosque fue inferior en los años noventa que en los ochenta". Además, en la pasada década se produjo una expansión natural de los bosques de 3,6 millones de hectáreas al año, 1 millón de ellas en los trópicos y 2,6 millones en los demás países, especialmente los industrializados, donde la agricultura ya no se considera un uso de la tierra económicamente viable.
El informe destaca como cosas positivas que alrededor de 12% de los bosques del mundo disfruta ya de protección legal, que el concepto de ordenación forestal sostenible cada vez goza de más consenso en todo el mundo y que, a finales del año 2000 la superficie total de bosques certificados aumentó hasta alcanzar 80 millones de hectáreas. No obstante, esta cifra tan sólo representa 2% de la superficie forestal total a nivel mundial, y la mayor parte de los bosques certificados están en países industrializados de la zona templada
El informe denuncia que los bosques siguen desapareciendo a un ritmo muy elevado en los trópicos. "Durante los noventa, la pérdida de bosques naturales fue de 16,1 millones de hectáreas cada año, la mayoría en los países tropicales (15,2 millones)", lo que anualmente representa 0,4% a nivel mundial y 0,8% en los trópicos. La deforestación más elevada se registró en África y Suramérica, concretamente en Argentina, Brasil, la República Democrática del Congo, Indonesia, Myanmar, México, Nigeria, Sudán, Zambia y Zimbabue.
De los 15,2 millones perdidos cada año en los trópicos, 14,2 millones se han reconvertido a otros usos de la tierra "agricultura principalmente" y 1 millón se ha transformado en plantaciones forestales. En el resto del mundo, estas cifras son de 0,4 millones y 0,5 millones, respectivamente.
En cualquier caso, la FAO considera que "existen pruebas fehacientes de que la pérdida neta de bosque fue inferior en los años noventa que en los ochenta". Además, en la pasada década se produjo una expansión natural de los bosques de 3,6 millones de hectáreas al año, 1 millón de ellas en los trópicos y 2,6 millones en los demás países, especialmente los industrializados, donde la agricultura ya no se considera un uso de la tierra económicamente viable.
El informe destaca como cosas positivas que alrededor de 12% de los bosques del mundo disfruta ya de protección legal, que el concepto de ordenación forestal sostenible cada vez goza de más consenso en todo el mundo y que, a finales del año 2000 la superficie total de bosques certificados aumentó hasta alcanzar 80 millones de hectáreas. No obstante, esta cifra tan sólo representa 2% de la superficie forestal total a nivel mundial, y la mayor parte de los bosques certificados están en países industrializados de la zona templada
Cobertura forestal en México
En México, los bosques, las selvas y otras áreas con vegetación natural ocupan 141.7 millones de hectáreas, aproximadamente 70% del territorio nacional.
De esta superficie, 56 millones de ha son de bosques y selvas, de las cuales 32.5 millones de ha están ocupadas por formaciones cerradas y 22.9 millones de ha son abiertas.
Los bosques de coníferas ocupan 21 millones de ha, las latifoliadas 9.5 y 1.4 los mesófilos. Las selvas incluyen en su integración vegetación del trópico húmedo y del seco. La vegetación del trópico húmedo incluye selvas altas y medianas y ocupa aproximadamente 14.1 millones de hectáreas.
De esta superficie, 56 millones de ha son de bosques y selvas, de las cuales 32.5 millones de ha están ocupadas por formaciones cerradas y 22.9 millones de ha son abiertas.
Los bosques de coníferas ocupan 21 millones de ha, las latifoliadas 9.5 y 1.4 los mesófilos. Las selvas incluyen en su integración vegetación del trópico húmedo y del seco. La vegetación del trópico húmedo incluye selvas altas y medianas y ocupa aproximadamente 14.1 millones de hectáreas.